(Buenos Aires, 24 de julio de 2014. * Por Elisabet Arn). "Cuando uno es capaz de olvidar los caminos que llevan siempre a los mismos lugares, es el momento de la travesía. Y si no osamos emprenderla, nos habremos quedado para siempre al margen de nosotros mismos”, afirmó Fernando Pessoa. Quiero presentar esta nota en dos partes: la primera es básicamente una transcripción del relato de Raúl Depetris, uno de los propietarios de la SRL que es hoy RAD; y la segunda contiene información sobre la colección de productos en madera de eucaliptus grandis que tuvimos el gusto de diseñar para la fábrica desde nuestro estudio: Mafalda. Ver Galería de Imágenes.
Hoy RAD es una empresa familiar cuya planta industrial se enclava entre las sierras que custodian serenas la ciudad de Villa Allende, en Córdoba. Comenzó siendo una carpintería de muebles a medida. Años más tarde Depetris conoció a José Luis Lascano, con quien trabajó de manera conjunta, compartiendo el predio y algunas máquinas. Eso les permitió a ambos especializarse: a Raúl en la producción de mesas de algarrobo y a José Luis en la producción de sillas del mismo material.
"Si bien los gastos del predio donde funcionaba la fábrica eran compartidos por ambos -recuerda Raúl- ese espacio no era propio. Entonces llegó la oportunidad de la compra de un predio en el cual hoy funciona RAD y al mismo tiempo llegó la propuesta desde Italia de formar un Joint Venture con la empresa que dirigía José Luis Lascano".
Fue entonces cuando ambos dieron un golpe de timón e iniciaron una nueva idea de negocio. Allí Raúl, además de la compra del predio, compró maquinarias que le permitieron modernizar sus equipamientos y producir lo que hasta entonces su socio realizaba, sillas de algarrobo, y que había dejado de producir al dar paso a nuevos diseños.
No obstante el corazón de la empresa RAD seguía siendo la mesa de algarrobo. Primero producían mesas fijas, a las que se sumó con el tiempo un mecanismo para hacerlas extensibles. Y luego, además de la clásica mesa de algarrobo encerada o natural (sin ningún tratamiento superficial), se le agregó el producto lustrado. Sobre esto recalcó Raúl: "Nosotros agregamos el lustre en el algarrobo cuando prácticamente nadie lo vendía y esto nos permitió despegarnos de los colegas que lo ofrecían sin lustre”.
Y agregó: “Igualmente, para que nuestras mesas extensibles hemos desarrollado un sistema propio, e incluso se fabrica exclusivamente para nosotros, que nos da seguridad en cuanto a la
calidad del producto que llega al consumidor final. Esto hizo que nuestro producto tuviera siempre un lugar de privilegio en el negocio de nuestros clientes. Creo que invertir en el desarrollo de los productos fue un gran acierto, como lo fue en su momento dejar de producir muebles a medida, porque en épocas de inflación no podíamos crecer”.
– ¿Qué otros aspectos considera como grandes aciertos?
– Tener un stock de materia primas muy importante. Esto nos ayudó en momentos de pocas ventas a pasar meses sin comprar madera, y autofinanciar el crecimiento de la empresa. Es decir, comprar o ampliarnos cuando teníamos dinero.
Continúa el relato de Depetris:
– “Desde hace años empezamos a buscar maderas alternativas, frente al incesante encarecimiento de la madera de algarrobo, como consecuencia de diferentes aspectos. Por ejemplo, el uso poco racional y descontrolado del cual todos estamos al tanto. Así fue que empezamos a buscar alternativas, con la idea de comprar además de madera, tableros compensados, ya sea de listón corrido o finger-joint para nuestras mesas completamente macizas;
Fotos: Estudio Arn-Salum y gentileza RAD.
* Elisabet Arn (arn.estudio@gmail.com) es diseñadora residente en Córdoba capital e integra el Estudio Arn-Salum.
Más información en D&F Muebles impreso de julio (Año XXI, número 139).