Implementación, manejo y producción en SSP: enfoque de escalas en la aplicación del conocimiento aplicado

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Sauce 5 años de edad (5x5 m) vaquillonas Aberdeen Angus y Carex riparia

Desarrollo Forestal accedió a la ponencia que PhD Pablo Peri presentó en el III Congreso Nacional de Sistemas Silvopastoriles y el VIII Congreso Internacional de Sistemas Agroforestales se desarrollaron del 7 al 9 de mayo de 2015 en el Centro de Eventos y Convenciones de Puerto Iguazú. Un enviado especial de este medio dialogó con Peri y obtuvo este material.

Situación de los principales Sistemas silvopastoriles en Argentina

La implementación de los sistemas silvopastoriles ha tomado auge en los últimos 15 años en diferentes regiones de Argentina. El principal desarrollo de los sistemas silvopastoriles (SSP) en Argentina con bosques cultivados se presenta en las provincias de Misiones, Corrientes, Neuquén y la zona del Delta Bonaerense del Río Paraná, mientras que la implementación de los SSP en bosque nativo se concentra en la región

Patagónica y región Chaqueña.

Actualmente se dispone de información para la implementación de SSP a escala comercial y su posterior manejo en un amplio rango de condiciones ambientales, lo que permite evaluar económicamente las intervenciones silvícolas y disponer de estrategias de manejo empresarial para aumentar el rendimiento. Además, se cuenta con módulos demostrativos en el país que integran mediciones de las diferentes disciplinas y que a la vez sirve al productor como área demostrativa.

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La implementación de los sistemas silvopastoriles (SSP) ha tomado auge en los últimos 18 años en diferentes regiones de Argentina. En la imagen se ve un salto en la cantidad de hectáreas afectadas en SSP en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Chile, Ecuador y Perú.

SSP con plantaciones forestales

En Misiones hasta el 2010, el 20% de la superficie total forestal corresponde a SSP (sin tener en cuenta la superficie forestada por Alto Paraná S.A.), de las cuales los pequeños productores representan el 15% (50.000 ha). Si bien los intentos por desarrollar sistemas silvopastoriles en la provincia de Misiones datan de la década del setenta, éstos comienzan a difundirse aceleradamente a fines de los noventa (Kozarik, 1992; Fassola et al., 2004). Productores forestales y ganaderos adoptaron los SSP debido a las ventajas ambientales, económicas y sociales (reducción de estrés calórico de los animales por efecto de la sombra de los árboles, obtención de madera de grandes dimensiones y alta calidad en turnos cortos donde se compensa la pérdida de 30-40% en volumen con precios diferenciales, incremento de la productividad forrajera y su concentración proteica, disminución de los riesgos de incendio por el pastoreo, reducción del efecto de las heladas y sequías prolongadas sobre la pastura o pastizal, flexibilización de la economía de los establecimientos de pequeños y medianos productores), lo cual generó una fuerte demanda de nuevas tecnologías como la obtención de especies forrajeras adaptadas a condiciones de sombra.

Las especies forrajeras más difundidas son Brachiaria brizantha y jesuita gigante (Axonopus catarinensis) en SSP con plantaciones de pino (Pinus taeda, P. elliottii y Pino híbrido) y en menor medida Eucalyptus grandis. La silvicultura aplicada a los SSP es intensa con sucesivos raleos (hasta 4 raleos) y podas (hasta 5 podas) desde temprana edad (desde los 2,5-3 años de edad, cuando los árboles alcanzan 5-6 m de altura total). Las densidades finales forestales recomendadas para los Pinus taeda, P. elliottii y pino híbrido, son de 75-100, 100-150 y 125-300 árboles/ha, respectivamente (Colcombet et al., 2010).

La provincia de Corrientes es una de las principales zonas con bosques cultivados del país. Cuenta con 6 millones de hectáreas de pastizales donde se desarrolla una ganadería pastoril. El sistema tradicional de cría de la provincia evolucionó a sistemas integrados de cría, recría e invernada. Entre 2002 y 2010, la superficie forestada pasó de 283.028 a 430.000 ha, y como consecuencia de esto, la superficie ganadera se redujo por el avance de plantaciones mayoritariamente con pinos 45 y eucaliptos.

Inicialmente la integración de los sistemas forestales y ganaderos estaba acotada al uso del ganado con el único fin de eliminar el material combustible y abarcaba solo el 25% del ciclo forestal, desplazando luego al ganado del sistema. Estos cambios impulsaron la difusión de los SSP entre productores ganaderos que lo adoptaron como una alternativa para diversificar la producción y mejorar la rentabilidad del sistema tradicional, contándose con cerca de 30.000 ha bajo estos sistemas con diferentes grados de tecnología aplicada.

La rápida aceptación de estos sistemas generó mayores demandas por conocimientos sobre las interacciones entre sus componentes específicamente sobre el efecto de diseños de plantación, densidades y combinaciones de especies arbóreas sobre la productividad del componente forrajero y animal. Inicialmente se plantaba líneas simples de espaciamiento variable a fin de permitir mayor incidencia de luz sobre el recurso forrajero. Con la modificación de leyes de fomento a las plantaciones forestales (se permitió plantar a menores densidades) se adoptó para los SSP un diseño de Líneas Apareadas con callejones.

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Sistemas silvopastoriles en bosques nativos.

Los mismos constan de 2, 3 o 4 hileras de árboles separadas por callejones de distintas medidas, siendo los más observados de 8, 10 y 12 m entre líneas (Goldfarb et al., 2009; Pachas et al., 2009). Las densidades de plantación con estos diseños varían de 417 a 625 pl/ha. Estos diseños de plantación permiten una mayor incidencia de luz sobre el recurso forrajero bajo el dosel con mejor manejo ganadero, y aunque al turno de corte el número de árboles (entre 196 a 250 pl/ha) es menor que en un sistema forestal puro, se logra una madera de mejor calidad.

Los sistemas ganaderos que componen los SSP son mayormente de cría, recría pero en algunos casos se realiza el ciclo completo. El desempeño productivo en términos de ganancias de peso y reproductivos (porcentaje de preñez) observados en los SSP son superiores a los sistemas ganaderos tradicionales. También se está iniciando en 69 Misiones y Corrientes módulos de SSP intensivos donde se consocia Leucaena leucocephala con una alta densidad (>10.000 pl/ha) con pasto jesuita gigante o Brachiaria brizantha, combinadas con especies arbóreas maderables en callejones de 20-30 metros, y pastoreándose el callejón de la leguminosa con la gramínea. Si los mercados madereros, cárnicos y lecheros siguen siendo favorables versus otras producciones, es posible alcanzar el 30% (75.000 ha) a un ritmo esperable de 4000-4500 ha/año. Si el mercado no acompaña, la complejidad del manejo será una limitante de los beneficios de los SSP.

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Valoración de los servicios ecosistémicos de los sistemas silvopastoriles. Entre ellos, control de la erosión y regulación de las inundaciones.

Buenos Aires se encuentra entre las principales provincias con desarrollo de actividad foresto industrial. De acuerdo al Primer Inventario Forestal de Bosques Cultivados publicado por la Secretaria de Agricultura Ganadería y Pesca (2002), el recurso forestal provincial está compuesto de unas 100.000 ha totales de bosques cultivados, concentrado principalmente en la región Delta Bonaerense del Río Paraná y en la región sudeste. Específicamente en el Delta Inferior del Río Paraná 80.000 hectáreas se encuentran forestadas de las cuales 60.000 has se encuentran bajo manejo (MAGyP, 2011). Esta zona es la de mayor aplicación silvopastoril en la provincia de Buenos Aires con una superficie endicada con potencial silvopastoril de 48.073 ha (Gaute et al., 2008).

En el Delta el uso del fuego para limpiar los campos es una técnica habitual en la región donde los incendios forestales son frecuentes. En este sentido, eliminar la biomasa de pastos que crecen espontáneamente debajo de las plantaciones utilizando ganado vacuno es una técnica que va en aumento lo que fomenta un uso silvopastoril. Los principales clones de sauce plantados en SSP con pastizal natural son Salix baylonica var Sacramenta, S. babylonica Salix alba “131/27” y S. baylonica x S. alba “131/25”, y los clones de álamos más plantado son Populus deltoides “Australiano 129/60”, P. deltoides “Australiano 106/60” y

  1. deltoides “Stoneville 67”. En estos SSP, principalmente se realiza cría vacuna (Aberdeen Angus y Hereford) con cargas medias de 93 0,4-0,5 equivalente vaca/ha y una producción de 60-100 kg carne/ha/año. En el resto de la Región Pampeana (excluyendo el Delta), existen alrededor de 17.000 ha forestadas principalmente con Eucalyptus globulus en el Sudeste Pampeano (en torno al puerto de Quequén). En el resto de las zonas provinciales, predominan las forestaciones de protección (cortinas cortaviento y montes de reparo para ganado) como ser las plantaciones con álamos y E. viminalis en el oeste pampeano, Pinus radiata en áreas serranas y E. camaldulensis en la mayor parte de la provincia. En estas áreas habría buena respuesta de pastos de praderas naturalizados en toda la pampa húmeda como ser la cebadilla criolla (Bromus unioloides), pasto ovillo (Dactylis glomerata), Phalaris sp, Festuca arundinacea. La carga animal (vacunos) en campos naturales es de 0,3-0,4 EV/ha, pero con la introducción de pastos mejorados y tecnología de manejo estas cargas se pueden duplicarse o triplicarse. La percepción de las ventajas de los SSP radica principalmente en la conversión de plantaciones forestales ya instaladas (muchas de las cuales logradas con financiamiento de promociones forestales o subsidios del Estado), que con tratamientos silviculturales de raleo las reconvierten en sitios de pastoreo con reparo.

En Patagonia, de la superficie total forestada (Chubut, Río Negro y Neuquén), la mayor actividad de SSP con plantaciones se desarrolla en la provincia de Neuquén, donde la Corporación Forestal Neuquina (CORFONE) es la principal entidad que está desarrollando sistemas silvopastoriles con vacunos pastoreando ambientes de plantaciones de pino ponderosa conjuntamente con áreas de mallines (zonas del Departamento de Minas y de Junín de los Andes). También existen experiencias (Dpto. Minas) con 390 Ha con pino ponderosa y chivas criollas sin separación de ambientes, es decir, con interacción plena en toda la superficie de animales-árboles y pastizal. A esta superficie se podría agregar una nueva estancia en la zona de Aluminé (5.000 ha) que estaría comenzando a implementar los SSP. La densidad inicial sugerida para un manejo silvopastoril es de 800 pl/ha y la densidad final de 150 pl/ha, con 2 raleos (a los 12-15 años y el segundo a los 22-25 años dependiendo calidad de sitio y 2 a 3 podas (la primera poda con el primer raleo y poda 120 posteriores hasta alcanzar 6 m de altura y cilindro nudoso menor a 10cm) con turnos de corta estimado 35-40 años. Los aspectos positivos que los productores perciben en la implementación de los SSP están relacionados con el aumento de la rentabilidad del ganado vacuno y que las actividades productivas por separado generan menos ingresos. En el caso particular del norte de Neuquén, los SSP con cabras mitigaría el impacto social de las forestaciones sobre la ganadería trashumante que ocupa tierras fiscales.

Actualmente en el país existen leyes que promocionan la posibilidad de financiar el establecimiento de los sistemas silvopastoriles. Para el caso de SSP con especies forestales implantadas está la Ley es Nº 25.080, prorrogada por la Ley Nº 26.432 hasta el 2019, de plantaciones “Inversiones para bosques cultivados”. Es común que los productores de

Mesopotamia se presenten para forestaciones puras pero que luego se transforme en SSP, ya que el productor parte con alta densidad (más de 800 plantas) y luego hace raleo perdido y cobraría el total del subsidio. También la ley acepta menores densidades que se adaptan a SSP y con un pago equivalente a las forestaciones tradicionales.

La escala de estudio y su aplicación en sistemas silvopastoriles

Otro punto importante de resaltar es la importancia que tiene la escala espacial y temporal en los estudios que se realizan en los sistemas silvopastoriles, ya que los patrones y procesos que se producen en estos sistemas productivos son dependientes de la escala sobre la cual son observados. De la información generada en los últimos 15 años en Argentina se deduce que la mayoría de los estudios desarrollados se corresponden con una escala espacial de estudio (parcelas, unidades muestrales) menor a 500 m2, disminuyendo la proporción de trabajos a medida que la escala espacial aumenta.

Existe una relación entre la escala espacial y el componente de los SSP bajo estudio.

Las escalas espaciales inferiores a 500 m2 y 1 ha se corresponden principalmente a trabajos relacionados a los componentes de pasturas/pastizal (producción de materia seca, calidad, morfología, fisiología, etc.) y arbóreo/forestal (crecimiento, volumen, biomasa, etc.), mientras escalas superiores a las 20 ha involucran estudios del componente animal, servicios ambientales y estudios a escala predial. Del análisis toma relevancia saber que el 57% de la información relevada en los SSP del país fue generada a una escala espacial menor a 1 ha. Sin embargo, en muchos casos se extrapolan las conclusiones a escalas mayores (nivel establecimiento productivo). Si bien es debatible el grado de validez de dichas extrapolaciones, es necesario reconocer que la fuente de variación (o error) e inclusive las relaciones estadísticas entre componentes frente al cambio de escala se modifique con las variaciones ambientales.

En cierto modo, la escala espacial determina la respuesta de los componentes de un sistema frente a condiciones y recursos ambientales que son heterogéneos en el espacio, condicionando en gran medida el funcionamiento de los organismos a dicha heterogeneidad espacial (Wiens, 1989). Es decir, factores ambientales que resultan altamente heterogéneos a pequeña escala pueden aparecer como homogéneos a escalas superiores. A nivel de ejemplo, se demuestra en forma conceptual (basado en datos reales de campo) que la relación entre cobertura arbórea y diversidad de gramíneas (variable que influye en la productividad del componente pastizal del sotobosque) en bosques nativos de ñire bajo uso silvopastoril (zona sur de la provincia de Santa Cruz) a una escala de 1 ha (o inferior) es negativa (a mayor cobertura menor diversidad), mientras que a una escala regional (1000 ha o más) la relación cambia obteniéndose mayores valores de diversidad a coberturas intermedias del estrato arbóreo.

Esto es debido a que, en escalas superiores a las 1000 ha (nivel potrero), el bosque de ñire está distribuidos en bosquetes o isletas donde manchones de árboles están asociados a pastizales de estepa o mallines que conforman el bosque (en Santa Cruz se estableció como unidad de ñirantal una distancia máxima de 700 m entre bordes de bosques que puede contener pastizal basado principalmente en la distancia de dispersión de semillas entre otras cosas), lo cual determina un aumento de la diversidad de gramíneas.

Otro aspecto de la escala de estudio es la influencia sobre los procesos y el grado de la conexión de los diferentes componentes de los SSP. Un establecimiento productivo bajo un uso silvopastoril no se encuentra aislado, sino que son típicamente sistemas “abiertos” con respecto a flujo de energía, materiales u organismos, y en los cuales la tasa de transferencia entre los elementos del sistema productivo es alta, y los patrones de dicha dinámica son influenciados por la escala espacial. Sin embargo, puede haber aspectos de los SSP que pueden ser relativamente “cerrados” cuando la tasa transferencia entre elementos en casi nula o tiene poco impacto. La proporción de aspectos “abiertos” o “cerrados” es influida por la escala espacial.

Por ejemplo, un sistema productivo con SSP a escala espacial predial en ñirantales de Patagonia es “abierto” a los procesos climáticos, y dentro del establecimiento la escala espacial correspondiente a las áreas de bosque de ñire bajo pastoreo (parches) estarán ligadas al manejo establecido (ej., apotreramiento o no, dispersión de semillas, etc.). Sin embargo, estos sistemas productivos pueden estar “cerrados” respecto de la influencia que puede ejercer por ejemplo las prácticas que desarrollan los productores vecinos o las agencias de extensión gubernamentales. Estos aspectos relacionados al grado de apertura de los SSP respecto a la escala espacial son de importancia a la hora de definir la escala de estudio o tener dimensión de las conclusiones desprendidas de los trabajos de investigación.

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Valoración de los servicios ecosistémicos de los sistemas silvopastoriles. Entre ellos, control de la erosión y regulación de las inundaciones.

También la escala de estudio ejerce un efecto de tracción sobre las preguntas a responder a través de trabajos de investigación. Por ejemplo, en Patagonia Sur se determinó durante 2 años la producción de materia seca (MS) y contenido proteico del sotobosque en bosques nativos de ñire bajo uso silvopastoril en un amplio rango de distribución espacial (diferentes estancias en Tierra del Fuego y Santa Cruz), pero utilizando una escala espacial de estudio en clausuras de 1,8 m2, lo cual nos permitió entender los principales factores ambientales (luz, humedad del suelo, temperatura, etc.) que influyeron en la respuesta del pastizal (Peri, 2009b; Bahamonde et al., 2012). Sin embargo, al elevar la escala espacial a nivel de estableciendo (estancias de 30.000 ha con más de 5.000 ha de bosque de ñire bajo pastoreo) fue necesario generar un nuevo conocimiento a través de la creación de un método de evaluación de pastizales (Método Ñirantal Sur -San Jorge) para la estimación de la Producción Primaria Neta Anual Potencial (PPNAP) del pastizal para diferentes condiciones del ñirantal (Peri, 2009a) el cual incluye nuevas variables como la cantidad de residuos leñosos en el suelo. En forma similar, respecto al componente animal de SSP con ñire, existen antecedentes de ensayos en los cuales se cuantificó la respuesta productiva de ovinos y bovinos (ganancias de peso vivo individual y por unidad de superficie) en diferentes coberturas arbóreas y condiciones de pastizal, pero en una escala espacial de potreros inferior a 1 ha, lo cual también limitó la escala temporal a menos de 1 mes de evaluación (Peri 2008). Sin embargo, estudios a escalas superiores (nivel de establecimiento), permitió responder aspectos importantes del sistema productivo como el uso estratégico de ambientes, ajuste de carga global del establecimiento, separación de ambientes, valores más realistas de señalada, manejo del personal, disponibilidad de aguadas, efecto de depredadores, entre otros (Ormaechea et al., 2010, 2011).

Por último, se analizó la escala temporal de la información relevada en los últimos 15 años sobre los SSP en Argentina. Del mismo se deduce que el 42% de los trabajos corresponde a estudios evaluados durante menos 1 año, el 36% corresponde a estudios con resultados entre 1 y 2 años, y el restante 22% a trabajos con resultados de más de 2 años. Sin embargo, hay procesos que ocurren en los SSP que requieren de una escala temporal más amplia, como es el caso del efecto del ganado sobre una comunidad vegetal, evaluación del crecimiento del componente arbóreo los tratamientos silviculturales interactuando con el sotobosque, efecto del sistema de pastoreo en propiedades físico-químicas de los suelos o sobre la biodiversidad de un ecosistema, etc.

En síntesis, la escala espacial y temporal de estudio de los SSP determina el rango de posibilidades para detectar patrones o procesos. En general, los estudios a escalas pequeñas son más útiles para evaluar en mayor detalle los mecanismos del sistema, mientras que las escalas mayores nos ofrecen la posibilidad de determinar patrones generales pero que a la vez se relacionan en mayor medida con la escala productiva. Comprender la importancia de establecer con criterio la escala espacio-temporal de los trabajos de investigación en los diferentes SSP que se vienen desarrollando en el país nos permitirá una mejor planificación estratégica de los futuros estudios y facilitará la interpretación de los resultados obtenidos.

Conclusiones

En los últimos 15 años la información generada en Argentina respecto a los sistemas silvopastoriles ha aumentado considerablemente, lo cual brinda herramientas para la instalación y manejo de los SSP. En un marco de uso sustentable (económico, ecológico y social) de los SSP es necesario propender a cubrir la falta de conocimiento en las regiones de bosque nativo del Espinal, Monte y las Yungas, como así también en áreas con potencial como la región Pampeana. Los sistemas de pastoreo en los SSP de las diferentes regiones se diferencian por su grado de intensidad, desde sistemas extensivos, caracterizados por largas extensiones de superficie (por ejemplo, en Patagonia existen grandes cuadros de 2000 a 5000 ha) y baja inversión de trabajo y capital, hasta los intensivos donde la incorporación de recursos y tecnologías permite principalmente mejorar la calidad y 480 cantidad de forraje disponible para los animales (por ejemplo, implantación de pasturas en SSP con plantación de pino en Misiones).

Estos antecedentes dan pauta de la falta de información a nivel predial (escala espacial productiva) y en períodos anuales de producción. En este sentido, la escala espacial 483 en general la determinaría con mayor potencia el componente animal. Se deduce del análisis que sería conveniente propiciar ensayos o estudios con diseños experimentales simples a largo plazo (escalas temporales mayores), que pueda integrar mediciones de las diferentes disciplinas (producción forestal,ecología, pasturas, componente animal y economía) y que a la vez sea claramente presentado al productor como un área demostrativa que genere información que se puede ajustar a su establecimiento.

Imágenes: Gentileza PhD Pablo Peri.

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